Roma - La comisionada de la Unión Africana (UA), Josefa Correia Sacko, dijo el miércoles en Roma (Italia), que al menos el 66 por ciento de las mujeres en África subsahariana trabajan en sistemas agroalimentarios.
La diplomática, que adelantó los datos durante la presentación del informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) sobre la situación de la mujer en los sistemas agroalimentarios, dijo que el porcentaje actual de mujeres en los sistemas agroalimentarios del África subsahariana es sólo superado por el sur de Asia con un 71 por ciento.
Josefa Sacko recordó que empoderar a las mujeres y reducir la brecha de género en los sistemas agroalimentarios genera beneficios sistemáticos para las mujeres y la sociedad.
“Debemos trabajar juntos por sistemas agroalimentarios justos y sostenibles, especialmente si se quieren alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible para 2030, especialmente el de igualdad de género y empoderamiento de mujeres y niñas, eliminando la pobreza y acabando con el hambre”, subrayó la embajadora.
En su opinión, el acceso de las mujeres a bienes y recursos fundamentales para los sistemas agroalimentarios (tierra, insumos, servicios, finanzas y tecnología digital) sigue estando por debajo de la realidad, ya que las mujeres aún tienen menos acceso a los factores de producción, incluidas semillas mejoradas, fertilizantes y equipos mecanizados.
Para cerrar la brecha existente, según el comisionado de la UA, el primer paso debe ser recopilar y utilizar datos de alta calidad, desagregados por género, edad y otras formas de diferenciación social y económica.
El informe de la FAO revela que las políticas y los presupuestos nacionales en África Oriental y América Latina, las brechas estructurales en el acceso a la tierra, los insumos, los servicios, las finanzas y la tecnología digital incluyeron esfuerzos para producir resultados sensibles al género.
El documento presentado en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación señala que las mujeres africanas suelen lograr cosechas exiguas, es decir, entre un 20 y un 30 por ciento menos de lo que producen los agricultores, debido a un sinfín de leyes, políticas, programas y costumbres que ponen ellos en desventaja.