Luanda - Hace 47 años, que Santo Tomé y Príncipe se tornó independiente del gobierno portugués el 12 de julio de 1975, como resultado de un proceso de descolonización que tuvo lugar en los antiguos territorios colonizados por Portugal en los años 60 y 70.
Las islas de Santo Tomé y Príncipe estuvieron deshabitadas hasta 1470, cuando los navegantes portugueses João de Santarém y Pedro Escobar las descubrieron.
Después fue una colonia de Portugal desde el siglo XV hasta su independencia el 12 de julio de 1975.
Con una población de 204.454 habitantes (estimación de 2018), repartidos en una superficie de 1001 km², Santo Tomé y Príncipe es el segundo Estado soberano africano menos poblado, después de las Seychelles, así como el país luso más pequeño.
Su población es predominantemente de ascendencia africana y mestiza, y la mayoría practica el catolicismo romano. El legado de la dominación portuguesa también es visible en la cultura, las costumbres y la música del país, que fusionan influencias europeas y africanas.
Considerado un país subdesarrollado, se espera que Santo Tomé y Príncipe abandone esta clasificación y se convierta en un país de renta media según la ONU en 2024.
Según el sitio web del Banco Mundial, Santo Tomé y Príncipe supera el promedio del África subsahariana en el Índice de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y ha avanzado en la mejoría de otros indicadores sociales.
Tiene una tasa bruta de escolarización primaria del 110 por ciento, una esperanza de vida de 66 años, una tasa de mortalidad de menores de cinco años de 51 por cada 1.000 nacidos vivos, acceso a una fuente de agua mejorada para el 97 por ciento de la población y acceso a la electricidad para el 60 por ciento de la población.
Santo Tomé y Príncipe (STM) se enfrenta a retos típicos de los Estados pequeños e insulares que afectan a su capacidad para hacer frente a las crisis y mantener el equilibrio fiscal y exterior.
El número limitado de personas y trabajadores en el país impide a menudo a la producción eficiente de bienes y servicios a la escala necesaria para satisfacer la demanda de los mercados locales y de exportación.
Su aislamiento e insularidad aumentan los costos de exportación, impidiendo que el país diversifique su economía y haciéndolo más vulnerable a las crisis de la relación de intercambio.
La indivisibilidad en la producción de bienes públicos y la dificultad de prestar servicios a una población dispersa implican altos costos de los bienes públicos y del gasto público necesario para prestar servicios públicos adecuados.
El crecimiento de STP en las dos últimas décadas se ha visto estimulado principalmente por el gasto público impulsado por la ayuda extranjera y el endeudamiento del gobierno, junto con la agricultura, el turismo y la inversión extranjera directa alimentada por las expectativas de producción de petróleo.
