Angola: 45 años de desafíos económicos

     Economia           
  • Luanda     Sábado, 07 Noviembre De 2020    21h19  
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Banco Nacional de Angola(BNA)
Banco Nacional de Angola(BNA)
Francisco Miúdo
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Preparación de la tierra para práctica de la agricultura
Preparación de la tierra para práctica de la agricultura
ANGOP
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Agricultura
Agricultura
Belarmina Paulino
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Municipio de Belas, sur de Luanda, aumentará su producción de alimentos (Foto Ilustrativa)
Municipio de Belas, sur de Luanda, aumentará su producción de alimentos (Foto Ilustrativa)
Morais Silva
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Financiamiento contribuirá a la sostenibilidad del sector agroindustrial en el país
Financiamiento contribuirá a la sostenibilidad del sector agroindustrial en el país
ANGOP
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Instituto Nacional de Petróleos
Instituto Nacional de Petróleos
ANGOP
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Caminhos de ferro de Benguela
Caminhos de ferro de Benguela
António Escrivão

   Luanda – A lo largo de los 45 años de Independencia Nacional, conquistada el 11 de Noviembre de 1975, las cuestiones económicas estuvieron en el tope de la agenda de las autoridades angoleñas, constituyendo, por eso, uno de los mayores desafíos de los angoleños.     

 

Por Santos Rosa, Angop 

  

La trayectoria económica de Angola post-independencia es caracterizada por avances y retrocesos, por el hecho de que el plan de desarrollo del país ha sido afectado por la guerra de 27 años, que mató, mutiló y desplazó millares de personas, empobreció a la mayoría de los angoleños, dilaceró el tejido humano y destruyó importantes infraestructuras. 

  

Cuando el 11 de Noviembre de 1975, el entonces presidente del MPLA, António Agostinho Neto, proclamó la Independencia de Angola de la ex-potencia colonial (Portugal) y asumió la jefatura del Estado, los angoleños crearon enormes expectativas en la construcción de un país que les proporcionase bienestar social, desarrollo y progreso. 

  

Pero estas expectativas vendrían a ser defraudadas por la guerra fratricida, que solo terminó definitivamente en 2002. Durante este período, muchos cuadros y recursos humanos valiosos, que podrían contribuir para el desarrollo económico de la joven Nación, abandonaron el país, causando un enorme déficit en este aspecto. 

  

El Gobierno tuvo que enfrentar este constreñimiento, aliando la gestión económica del país a los esfuerzos de guerra, cuyos gastos consumían gran parte de los recursos del país que podrían servir para la construcción de infraestructuras. 

  

Reformas macro-económicas 

  

Así, después de la Independencia y de la adopción de un modelo económico centrado en el Estado, el Gobierno creó, en 1976, el Banco Nacional de Angola y el Banco Popular de Angola, que heredaron los activos y pasivos del Banco de Angola y del Banco Comercial de Angola, entonces acabados de nacionalizar. 

  

Estaban, de este modo, creadas las premisas para la implementación de reformas macro-económicas. La primera de las cuales fue la aprobación, el 11 de Noviembre de 1976, de la Ley de la Moneda Nacional, que viabilizó, en 1977, el cambio del Escudo colonial por el Kwanza (AOK), una importante medida en el plan de afirmación de la soberanía nacional. 

  

En 1981, 1984 y 1986, con vista a garantizar mayor seguridad de la moneda y combatir las falsificaciones que fueron introducidas en el mercado, se hicieron pequeñas alteraciones a las notas, ya con José Eduardo dos Santos como Presidente de la República, después de sustituir, en 1979,  a Agostinho Neto, fallecido en Septiembre del mismo año. 

  

También en el ámbito del modelo económico vigente en la época, en 1978 fue creada la Empresa Nacional de Seguros y Re-seguros de Angola (ENSA), que, con la liquidación, en 1981, de las compañías de seguros y otras instituciones de mutualidad entonces existentes, quedó con sus activos y pasivos, pasando a tener el monopolio de este sector a nivel nacional. 

  

El nuevo sistema bancario, el Banco Nacional de Angola pasó a desempeñar las funciones de banco central, comercial, emisor y caja del Tesoro, y se convierte en un organismo de la Administración Central del Estado, creado por ley, en Mayo de 1983, al paso que el Banco Popular de Angola era apenas una caja de captación de ahorros particulares. 

  

Otra reforma relevante fue la creación, en 1987, del Programa de Saneamiento Económico y Financiero (SEF), que perseguía la adopción del modelo de economía de mercado, mayor apertura a la iniciativa privada y otras acciones que proporcionaran la movilización de recursos financieros, la inversión privada (nacional y extranjera) y la estabilización macro-económica. 

  

En aquella época, la economía angoleña estaba asombrada por una grave crisis causada por la caída del precio del barril de petróleo de 30 para 10 dólares, algo insustentable, dado el enorme esfuerzo de guerra. Con el lanzamiento del SEF, el Gobierno buscaba una alternativa al entonces sistema socialista de economía centralizada, según varios economistas. 

  

“Quedó una clara orientación para la economía de mercado, el sistema bancario, el sistema de pago y los financiamientos de la economía. Esencialmente eso. El FMI, con sus programas, creó cierta dualidad económica en Angola”, según el economista José Cerqueira, uno de los integrantes del equipo que trabajó en la concepción del SEF. 

  

José Cerqueira dijo, en una entrevista al Jornal de Angola, que esa dualidad consistía en constatar el precio fiscal del petróleo, y por ejemplo, hasta 50 dólares el barril, todos los recursos estaban bajo supervisión del Fondo Monetario Internacional, pasando, a partir de ahí, a ser programas especiales del Presidente de la República. 

  

Fue igualmente en el período en referencia que se creó la Agencia Nacional de Inversión Privada (ANIP), extinguida en 2015 y sustituida por la actual Agencia de Inversión Privada y de Exportaciones de Angola (AIPEX), cuya misión es promover las exportaciones y captar inversión privada. 

  

Transición y economía de mercado 

  

Los Acuerdos de Nueva York, rubricados en 1988 entre el Gobierno y la UNITA y que determinaron la retirada de las tropas sudafricanas y cubanas del país, así como la Independencia de Namibia y la erradicación del régimen del “apartheid” en Sudáfrica, viabilizaron el alcance de la paz y de la estabilidad en Angola. 

  

Fue en la secuencia de ese entendimiento que el Gobierno angoleño inició negociaciones con instituciones y organismos financieros internacionales, y fue, por ejemplo, en este cuadro que se adhirió, en 1989, al Fondo Monetario Internacional (FMI), al Banco Mundial (BM) y al Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo (BIRD).  

  

Las reformas económicas prosiguieron y, en 1990, nuevamente en el ámbito de la política fiscal, se sustituyó la moneda nacional, el Kwanza, por el Nuevo Kwanza (AON) y, en 1991, el Gobierno procedió a la desvalorización del Nuevo Kwanza. 

 

Después de la firma de los Acuerdos de Bicesse, en Mayo de 1991, entre el Gobierno y la UNITA, que pusieron, temporariamente, fin a la guerra civil, estaban lanzadas las bases para el surgimiento del multipartidarismo y la consecuente liberalización de la economía del país, que se hizo efectiva después de las Elecciones Generales de 1992. 

  

Por ejemplo, se constituyeron nuevos bancos públicos y se autorizaron las primeras instituciones bancarias extranjeras en el país, como el Totta & Açores (BTA), el de Fomento Exterior (BFE), el Portugués del Atlántico (BPA), entre otros, que actuaban esencialmente en operaciones cambiales en el mercado secundario y en el financiamiento de inversiones de medio y largo plazos. 

  

El fin definitivo de la guerra, en Abril 2002, posibilitó el relanzamiento de la economía, y el país fue considerado uno de los que estuvo con rápido crecimiento en el período hasta 2014, traducido en la reducción de la incidencia de la pobreza de 68 por ciento, en 2001, para 36,6 por ciento, en 2009, conforme datos del Instituto Nacional de Estadística (2010).  

  

Hay que referir que fue en 2014 que se creó la Bolsa de Valores y Derivados de Angola (BODIVA), responsable por asegurar la transparencia, eficiencia y seguridad de las transacciones en los mercados reglamentados de valores de inmuebles, para estimular la participación de pequeños inversionistas y la concurrencia entre todos los operadores.  

  

La época en análisis también fue caracterizada por la reconstrucción de las infraestructuras destruidas a lo largo del conflicto armado (principalmente hospitales, escuelas, carreteras, puentes, fábricas, ferrocarriles y aeropuertos) y la construcción de otras. 

  

Todavía, y a pesar de los progresos significativos obtenidos en la estabilización macro-económica y en las reformas estructurales, Angola continuó sufriendo los efectos de la baja del precio del petróleo y de los niveles de producción, un sector que contribuye con un tercio del Producto Interno Bruto (PIB) y con más del 90 por ciento de las exportaciones del país. 

  

“La transformación de una economía petrolífera dirigida por el Estado para un modelo de crecimiento encabezado por el sector privado es un proceso complejo y de largo plazo y el sector petrolífero continuará desempeñando un papel importante durante este período de transición”, alerta el BM, en un estudio actualizado en Julio del corriente año.  

  

El BM reconoce, no obstante, que la estabilidad macro-económica fue restaurada y mantenida a través de un régimen de cambio más flexible, una política monetaria restrictiva y la consolidación fiscal, adoptados después de la tomada de posesión del Gobierno del Presidente João Lourenço, en Septiembre de 2017. 

  

Realce para la aprobación de la Ley de la Sustentabilidad de las Finanzas Públicas, que introduce en este sistema instrumentos con un horizonte plurianual, así como definen los principales mecanismos de monitoreo de su desempeño. 

  

En el dominio tributario, el destaque es para la introducción del Impuesto Sobre el Valor Acrecentado (IVA), en 2019, cuyo volumen de recaudación para esta clase de impuestos pasó de 75 mil millones de Kwanzas, por trimestre, para cerca de 145 mil millones de Kwanzas, para el mismo período. 

  

En lo que respecta a la integración regional, fueron dados pasos significativos para acentuar la participación de la economía angoleña en los mercados regionales e internacionales. 

  

A nivel de la SADC, está prevista la discusión relativa a la implementación de una Zona de Comercio Libre, cuyo protocolo Angola ya ratificó.  

  

El país inició también el proceso para la elaboración de la Oferta Tarifaria para la Zona de Comercio Libre Continental Africana, cuyo protocolo fue ya ratificado este año. 

  

Credibilidad, diversificación e inversión sustentada 

  

En otra vertiente, fue lanzado, en 2019, el Programa Integrado de Intervención en los Municipios (PIIM), en ejecución en los 164 municipios del país, con prioridad en los sectores de energía y agua, salud, educación, saneamiento básico y construcción de carreteras.  

  

El programa es financiado con el equivalente en Kwanzas a 2 mil millones de Dólares del Fondo Soberano de Angola (FSDEA).  

  

De los mil 749 proyectos, mil 200 están en construcción, 12 ya terminaron y 537 tienen los procesos en la fase de trámites para su arranque, con la finalidad de mejorar, de forma significativa, las condiciones de vida de la población.  

  

Además de eso, el Gobierno estableció el Plan de Acción para la Promoción del Empleo (PAPE) y el Refuerzo del Proceso de Regularización de Atrasados, de parte de los 83 programas que proyectan la materialización del Plan de Desarrollo Nacional (PDN) 2018-2022 y que continúa anualmente como pauta prioritaria en el Presupuesto General del Estado (PGE). 

  

Entre las medidas del Ejecutivo, se destacan, también, las leyes de Prevención Combate al Blanqueamiento de Capitales y de las Privatizaciones, la creación de la Oficina Única para los Inversionistas, para mejorar el clima empresarial, además del establecimiento de un registro de protección social, para proteger a los más vulnerables contra los efectos de las reformas. 

  

El BM prevé, entre tanto, un declino en el crecimiento del sector no petrolífero, debido a los efectos indirectos de la baja del precio del petróleo, de la reducción de las importaciones de bienes de capital, de las condiciones de financiamiento más restritivas, de la depreciación de cambio y de las limitaciones a los movimientos de personas y bienes.  

  

“La pandemia de la Covid-19 y las perturbaciones económicas globales por ella causadas colocan en riesgo las realizaciones de la estabilización macro-económica y la transición de Angola para un modelo de crecimiento más sustentable e inclusivo”, concluyó un estudio del BM.   

  

Proyecciones de instituciones internacionales, como el FMI, Banco Mundial, BAD y otras de evaluación de riesgo financiero, divulgadas en 2019, estimaban que Angola podría, cuatro años después de insoportable recesión, volver a experimentar un alza en su indicador de crecimiento entre 1 y 3 por ciento. 

  

La dependencia casi exclusiva de las exportaciones de petróleo hace con que Angola, 2º mayor productor de este producto en África sub-sahariana, después de Nigeria, continúe sufriendo la baja del precio en los mercados internacionales desde que inició la crisis, en 2014, altura en que el barril del crudo estaba en los 117 dólares. 

  

La crisis tuvo un impacto tan negativo que causó el aplazamiento de la implementación de varios e importantes proyectos económicos, con influencia directa en la vida de la población, que enfrenta desempleo, insuficientes estructuras sanitarias, educacionales y habitacionales, además de haber disminuido drásticamente su poder de compra. 

  

Esto se suma al hecho de que los ingresos resultantes del “boom” del petróleo habían sido desviadas por un grupo de individuos que, aprovechándose de su condición privilegiada en el aparato del Estado, vaciaron los cofres y se apoderaron del erario, dejando el país y el pueblo en enormes dificultades. 

  

En este sentido, la apuesta del Gobierno es diversificar la economía del país, con fuerte incidencia en el fomento de la agricultura y mejoría del ambiente de negocios, de modo a que la posición de Angola en el “ranking” mundial del “doing business” sea de los mejores en los próximos años, y que pase al combate a la corrupción y a la impunidad. 

  

En el dominio de la agricultura, fueron tomadas medidas con vista a aumentar la producción nacional, tornar el sector empresarial privado más fuerte y competitivo, reducir las importaciones de bienes esenciales de consumo y contribuir para las exportaciones del sector no petrolífero de la economía.  

  

A propósito, el Ejecutivo aprobó, en Julio de 2018, el Programa de Apoyo a la Producción, Diversificación de las Exportaciones y Sustitución de las Importaciones (PRODESI), para que las metas previstas en el PDN sean alcanzadas. 

  

Ya en ejecución y destinado a acelerar la diversificación de la producción nacional y generación de riqueza, en un conjunto de producciones con mayor potencial de generar valor de exportación y sustitución de importaciones, el programa incide en los sectores de alimentación y agro-industria. 

  

Las otras áreas son las de los recursos minerales, petróleo y gas natural, forestal y textiles, vestuario y calzado, construcción y obras públicas, tecnologías de información y telecomunicaciones, salud, educación, formación e investigación científica, turismo y recreación.    

  

En el ámbito del fomento de la producción nacional, fueron, hasta Septiembre último, aprobados 589 pedidos de financiamiento, al abrigo de las iniciativas del Programa de Apoyo al Crédito (PAC) para soporte de las metas del PRODESI, según el Presidente João Lourenço, en su reciente Mensaje sobre el Estado de la Nación. 

  

Realce para el financiamiento de más de 300 cooperativas de agricultores y pecuaristas familiares, así como de cooperativas de pesca artesanal marítima, continental y de acuicultura. El total desembolsado asciende a cerca de 144 mil millones de Kwanzas. 

  

Fueron, también, aprobadas nuevas leyes de Inversión Privada y de la Concurrencia, esta última la primera en Angola, que determinó la creación de la Autoridad de la Concurrencia, con la responsabilidad de prevenir situaciones de abuso de posición dominante y de promover y defender la sana competitividad en el mercado.   

  

Para reducir la participación del Estado en la economía, como productor directo de bienes y servicios, y la promoción de condiciones favorables a la iniciativa privada, a la inversión extranjera y a la adquisición de “know-how”, está en curso la privatización de varias empresas en que el Estado es el actual propietario, o tiene participaciones. 

  

De acuerdo con el Titular del Poder Ejecutivo, “de los 195 activos a tener en cuenta, hasta 2022, están en fase de concurso público unas 40 y 14 ya fueron privatizados, resultando en una entrada para el Tesoro Nacional de más de 31 mil millones de Kwanzas”. 

  

“Con el aumento de la producción nacional, tendremos más empleo, aumentando los rendimientos de las poblaciones y, por consiguiente, mejorar la calidad de vida de los angoleños, combatiendo así la pobreza”, enfatizó el Presidente de la República, en su Mensaje sobre el Estado de la Nación. 

  

En cuanto a la corrupción, el país aprobó la Ley de Repatriación Obligatoria de Capitales y Pérdida Ampliada de Bienes, que establece que los que poseen bienes patrimoniales obtenidos con recursos del erario, por decisión judicial, devuelvan al Estado el patrimonio adquirido de forma ilícita.  

  

Antes, vigoró por un período de 180 días, otra ley que permitía la devolución voluntaria de bienes patrimoniales adquiridos de forma ilícita. 

  

El Presidente João Lourenço reveló que el Estado fue perjudicado en, por lo menos, 24 mil millones de dólares, montante que ultrapasa el valor de la deuda de Angola para con su principal acreedor, China. 

  

Según João Lourenço, el Estado recuperó USD 4.904.007.841,82, de los cuales, USD 2.709.007.842,82 en dinero y USD 2.194.999.999,00 en bienes inmuebles, fábricas, terminales portuarias, edificios de escritorio y de habitación, estaciones de radio y televisión, unidades gráficas, establecimientos comerciales y otros. 

  

Aún en lo concerniente al combate a la corrupción, a la impunidad y al blanqueamiento de capitales, están en curso, en todo el país, varios procesos crimen y civeles, mientras que otros ya transitaron en juicio. 

  

Aliado a eso, destaque para la aprobación, en Noviembre de 2019, de la Ley de Prevención  del Combate al Blanqueamiento de Capitales, Financiamiento del Terrorismo y de la Proliferación de Armas de Destrucción Masiva, sustituta de la del Combate al Blanqueamiento de Capitales y del Financiamiento al Terrorismo, aprobada en  2010. 

  

La nueva ley deja a las personas expuestas políticamente (PEP) sujetas a las diligencias reforzadas y es una recomendación del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), pretendiéndose con la misma inhibir el pago de entidades financieras domiciliadas en “offshores”, connotadas con organizaciones criminosas. 

  

Es bajo el signo de combate a la corrupción, principal bandera de la campaña electoral del partido vencedor de las elecciones de Agosto de 2017, el MPLA, y asumido por su líder y Presidente de la República, João Lourenço, que se conmemoran los 45 años de Independencia Nacional. 

  

Se trata de una tarea ardua y compleja, con fuerte oposición de aquellos que se apoderaron indebida e ilegalmente de los dineros públicos, pero que cuenta con el apoyo de la mayoria de los angoleños, que quieren la moralización de la sociedad y la distribución justa de las riquezas del país. 

  

En esencia, Angola celebra los 45 años de su Independencia en un contexto en que el Gobierno intenta revitalizar la economía del país, profundamente afectada por cíclicas crisis económicas y financieras, derivadas de la caída brusca del precio del petróleo, su principal fuente de ingresos, secundada por los diamantes, y ahora por la pandemia de la Covid-19. 

  

  

Para reanimar la economía, el Ejecutivo angoleño, ahora dirigido por el Presidente João Lourenço, ha adoptado, a lo largo de los años, varias medidas macro-económicas, en la perspectiva de la diversificación económica, con realce para la apuesta en los sectores de la agricultura,  mina, pescas e industria transformadora. 

  





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