Cabinda - El Gobierno Provincial de Cabinda se manifestó, el fin de semana, en contra de la aparición de los Bakama en ceremonias que banalizan su función cultural y prometió tomar medidas para detener esta tendencia.
La indignación fue expresada por el secretario provincial de Cultura de Cabinda, de Ernesto Barros André, tras las duras críticas de la sociedad de Cabinda en reacción a la presencia de los músicos Jerilson Israel y Tatiana Durão en el baluarte de Bakama, en Tchizo, donde tomaron fotografías que se volvieron virales en las redes sociales
La actitud de los músicos está siendo vista en la región como una banalización de los rituales Bakama, ya que la visita a los Tchizo y su aparición (Bakama) en público sigue un ritual secreto y cultural.
El funcionario agregó que, según el ritual, la aparición del Bakama sólo debe ocurrir en ceremonias específicas, fundamentalmente, en casos de muerte de una autoridad tradicional y visita a la provincia del Presidente y Vicepresidente de la República.
Considerados intermediarios entre el pueblo y los espíritus de los dioses y antepasados, los Bakama también pueden aparecer en las ceremonias de entronización y funerales de las autoridades tradicionales, así como en la recepción de entidades protocolares.
Para Ernesto André, la actitud de los músicos Jerilson Israel y Tatiana Durão es “condenable, nada agradable y reprochable”, además de “mercantilista”.
Con el fin de evitar que casos similares vuelvan a ocurrir, el secretario provincial de Cultura ha convocado una reunión con miembros de la Bakama para los próximos días, para “fijar objetivos en su actuación”.
“No queremos seguir registrando casos de actuación (de los Bakama) en ceremonias a las que no pueden asistir. Esto deja bastante indignada a la gente, teniendo en cuenta (...) los usos, costumbres y protección del ritual”, defendió Ernesto Barros André.
Los Bakama, una organización secreta cuyo santuario es el Morro de Tchizo, son personas enmascaradas vestidas con hojas de plátano.
Tienen el poder de maldecir. Pocas son las personas que se atreven a acercarse a ellos, especialmente en los funerales de nobles, ricos señores de la tierra y en importantes reuniones destinadas a regular conflictos que afectan los valores morales y culturales.
Los Bakama están clasificados como Patrimonio Cultural Nacional.
